Cuando tenia once años una persona me dió algo realmente valioso para mí, no por el valor económico sino por la carga emocional que significaba recibir esa muestra de afecto en ese justo momento. Un pequeño koala de juguete metido en una bolsita roja, acompañado de unas palabras que me harían no olvidar nunca ese espacio de tiempo. Guardé durante años ese koala, aunque eso forma parte de otra historia.No recuerdo el nombre de esa persona, ni siquiera su cara, solo formó parte de mi vida unos días que estuve ingresada en el hospital pero nunca olvidaré ese momento, ese detalle. Esto me da que pensar en la importancia de los detalles en nuestro día a día, realmente son los que marcan la diferencia y no los disfrutamos lo suficiente ¿Verdad?
Os dejo por escrito un maravilloso momento de la película Antes del Antarceder de Richard Linklater. Conversaciones que inspiran, ingenio que brota por todos los poros ,un inteligente diálogo que atrapa con su genialidad.
JESSE: sabes...creo que en cierto modo escribí el libro para cimentar el recuerdo, para no olvidar los detalles del tiempo que pasamos juntos, como recordatorio de que nos conocimos realmente,entiendes, que fue real,que fue verdad.
CELINE: me alegra que digas eso porque...aveces siento que no soy capaz de pasar a otra cosa así sin mas, muchas personas cuando tienen una simple aventura o relación larga, la acaban y la olvidan, pasan a otra cosa y olvidan, como si nada hubiera pasado. Yo jamas he olvidado a alguien con el que he compartido algo aun siendo poco, porque cada persona tiene sus cualidades propias, no se puede remplazar a nadie, lo que se pierde...se pierde, por eso pongo mucho cuidado en las relaciones, aunque sean de una sola noche, cosa que no suelo tener porque echaría de menos conocer las cualidades propias de esa persona...me importan los pequeños detalles, sera una tontería pero según mi madre de pequeña siempre llegaba tarde a la escuela, un día me siguió para saber porque...me entretenía mirando caer las hojas de los arboles...en las hormigas que cruzaban por la calle...el modo que una hoja proyectaba su sombra en un tronco...los detalles, lo mismo me ocurre con las personas, necesito los pequeños detalles, son el reflejo de cada uno de nosotros, es lo que echo de menos constantemente...por eso no se puede remplazar a nadie, porque todos estamos echos de pequeños y preciosos detalles...es como el recuerdo que guardo de tu barba ligeramente rojiza y de como parecía arder bajo el sol...aquella mañana antes de irte, lo recordaba y lo echaba de menos...¡Que tontería verdad!
JESSE: ya esta, ahora lo tengo claro, ¿Quieres saber porque escribí ese estúpido libro? Para que acudieras a su presentación en París y poder acercarme a ti y preguntarte...¿Donde te habías metido?
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